23 octubre 2006

"La Fidula Oval"

No era justo para esa música que fuera interpretada con instrumentos que no fueran los apropiados.
Pues bien, una de mis pasiones es precisamente la luthería, ya había hecho mis pinitos en plan autodidacta junto con mi amigo Alberto, pero tenía ganas de contactar con alguien profesional para de esa manera tener más opciones a la hora ser más fiel en el momento de reproducir un instrumento. Así que, me lancé y llamé a la puerta del maestro luthier Jesús Reolid, sin duda para mi uno de los mejores constructores de instrumentos medievales que hay, él me escuchó y me abrió de par en par su taller para poder estudiar y trabajar con él una Fídula o Viola de arco.


Después de muchos devaneos entre una fídula en ocho basada en el Pórtico de la Majestad de La Colegiata de Toro (Zamora), o una basada en la iconografía de Las Cantigas del Rey Alfonso X, decidimos reproducir la fídula que acompaña a uno de los 24 ancianos instrumentistas que vivían dentro de la piedra y que el Maestro Mateo invitó a salir cuando los talló en el siglo XII y que podemos contemplar en El Pórtico de la Gloria de La Catedral de Santiago de Compostela.
Todos los sábados me acercaba al taller de Jesús a estudiar y trabajar el instrumento. Primero observando fotos y grabados para sacar los planos, después elegir las maderas adecuadas y finalmente empezar a sacar de la misma, como si de magia se tratase, un instrumento lo más fiel posible.
Pues bien, una vez diseñado en papel, cogimos un tarugo de madera de sicomoro y me dijo Jesús, "ahí dentro está tu fídula, hazla salir", bueno... no fueron esas palabras exactamente pero sí el mensaje, y partiendo de un tablón que pesaba una tonelada dibujamos el perfil y empezamos a cortar la silueta y a ahuecarlo.
Es curioso... ¡¡¡ como iba cogiendo forma ya, yo creía que el instrumento estaba visto para sentencia, pero anda que no quedaba curro !!!.
Una vez silueteado había que tallar bastante pues los costados, el fondo y el clavijero no son planos, tienen un rebaje, un abombamiento que había que tallar a mano con un cepillo minúsculo, que más bien parecía un sacapuntas de los del colegio, para quitarle poco a poco la madera que sobraba. Me costó horrores hacerme con aquella herramienta del demonio, pero finalmente lo conseguí. Seguidamente nos liamos con la tapa que también tenía lo suyo pues, acorde a la caja, lleva una forma abombada por fuera y concava por dentro y eso también se tallaba a mano. Luego seguimos con el mango, el cordal, las clavijas y el puente, hasta que por fin al cabo de nueve meses, ví nacer a "Qamar min jashab", nombre árabe con el que bautizamos a la fídula, que significa "Luna de madera" en recuerdo a mi gatita.

Que difícil es narrar la sensación que tuve... que magia al oirla sonar por primera vez, sólo deciros que me emocioné como hacía tiempo y que me pasaron por la cabeza mil imágenes, frases y situaciones de mi vida que no viene al caso contar pero que me marcaron enormemente.

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